“El
maestro es artesano de su labor, transformador y moldeador de sociedad”
C.F
Inicialmente podemos tomar el concepto de la práctica
pedagógica para poder reflexionar en torno a la misma y reconocer su
importancia al interior de la educación.
Hablar de practica pedagógica implica hablar de un largo proceso que se ha ido
construyendo a través de innumerables esfuerzos, pues para llegar a un practica
concreta es necesario platicar sobre el camino que ha sido tortuoso; en ese
recorrido se tuvieron que analizar e interpretar unos amplios campos
conceptuales pedagógicos, donde cada uno de nosotros se convirtió en un gran
conocedor del saber pedagógico, y en un buen investigador, y donde el deseo de
mas y de conocer mas despertó en cada uno la necesidad de pasar al campo
aplicado: La Practica Pedagógica.
“En las practicas
pedagógicas, el maestro comunica, enseña, produce, reproduce significados,
enunciados, se relaciona a sí mismo con el conocimiento, resume, evalúa y
finalmente crea”. Mario Díaz
Del mismo modo el estudiante, que es un maestro en
formación, se convierte en un sujeto constructor de conocimiento junto a sus
alumnos, quienes a partir de problemáticas, despertaran sus ansias por
investigar.
Al realizar una práctica pedagógica, entran en juego
varios aspectos, pues aquí se realiza un ejercicio tanto intelectual como
físico. Cuando hablo de intelectual me refiero al proceso antes de: las
planeaciones, los logros o metas que se quieren alcanzar, la búsqueda y la
finalidad de lo que se va a hacer para luego llegar al aspecto físico y
material de la misma, que es el momento en que se va a realizar la práctica
como tal. Ese momento es el más bonito y asombroso del quehacer pedagógico,
pues ese espacio que se nos es brindado, nos ayuda a despertar en cada uno esa
capacidad ya perdida… la capacidad de asombro. Pero asombrarse de qué? Creo que
es importante mencionar que esa pregunta sobra. Día a día es posible
asombrarnos con lo que hacen o dejan de hacer los niños; la manera de expresar
lo que sienten, esas ganas por aprender, esas actitudes amorosas y esa manera
de agradecer todo lo que hacemos, y que de un modo u otro convierten la labor
docente en un oficio gratificante y valioso.
Creo que las experiencias que hemos vivido han sido muy
enriquecedoras debido a que con la ayuda de las mismas cada uno de nosotros ha
podido descubrir su verdadera vocacionalidad, pues no se trata de hacer por
hacer, sino de hacer para lograr o alcanzar algo… que en este caso sería
descubrir lo que realmente se quiere hacer con nuestras vidas.
Es por esto que hoy en día sé y comprendo aquello que
algún día me costó entender: la labor
docente, es una labor que complace el alma. Así que espero que las
experiencias por vivir sean muchas para enriquecerme como persona y como ser
que solo busca instruirse cada día mas…
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